La ciencia es quien nos gobierna

Si como cantaba aquella canción, “Love is all around”, la ciencia ni os cuento.
La revelación llegó ayer martes, cuando estaba en la manifestación para indignados que se volvió a convocar por las redes sociales, consecuencia del desalojo de los protestantes que acampaban en la Puerta del Sol aquella misma madrugada.
Bien, yo estaba ahí. Gritando, dando palmas, haciendo ruidos con la boca como un indio americano (ya que silbar es una de las muchas cosas que no sé hacer) cuando de repente caí en la cuenta de cómo la ciencia nos gobierna sin darnos cuenta. 
Manifestantes Indignados ayer en Madrid. Agencia EFE
Y es que un chaval decidió iniciar un canto y enseguida todo el mundo le siguió. Eso son las neuronas espejo, pensé. Fueron descubiertas en 1996 por Giacomo Rizzolatti cuando observó que cierto grupo de neuronas se activaba tanto si la persona hacía el movimiento como si era otra persona la que lo hacía. Son las responsables de la empatía porque nos hacen sentir como propias las acciones y sensaciones de los demás. Por eso hay gente que llora cuando ve a otra persona llorar. O que bosteza cuando otra persona lo hace. Y son las encargadas de que podamos imitar. Por eso cantamos y aplaudimos como los demás en una manifestación. El siguiente vídeo muestra cómo funcionan.

Sobre el tema de la imitación no quiero debatir demasiado; solo diré que aunque se promueve la originalidad, no creo que deba menospreciarse la imitación. Basta con ver los inicios de cualquier genuino pintor; imitaba a otros grandes pintores. Y basta con escuchar a Emilio Duró aquí. (A partir del minuto 7:50 habla de la imitación en concreto, aunque si tienes tiempo, míralo entero)

En la manifestación, seguíamos gritando. Aplaudíamos, voceábamos. Todos a una. Éramos una marabunta sincronizada. Pensé en corazones, influida seguro por un estudio que había leído hacía un par de días, sobre la sincronización de latidos. El estudio se realizaba en el contexto de un espectáculo que se representa en Soria, que consiste en caminar por encima de brasas. Resulta que los corazones de los participantes bombean a la vez que los de sus familiares. A riesgo de que a alguien le pueda parecer un estudio simplón, me parece una maravillosa representación de la coordinación humana. Pensé en que tal vez, las personas somos como células que funcionan juntas en un organismo, que es el mundo.


Esta es la masa. Imagen sacada de un foro.

Siguieron cantando eso de "Luego diréis que somos cinco o seis". ¿Y cuántos seremos?, me pregunté. Pues, como siempre, dependerá de los ojos que lo cuenten. Pero existen otros métodos: el matemático y el informático
Para el primero, se toma como constante un número de 4 personas por metro cuadrado y se multiplica por la extensión, también en metros cuadrados, que ocupa la manifestación. Obviamente requiere algo más de dificultad, ya que hay que quitarle la extensión del mobiliario urbano. Más información aquí.
El informático es el más aceptado por la fiabilidad de los datos. Utiliza un programa de ordenador para contar personas a través de imágenes obtenidas por vídeo y fotografías, tanto aéreas como in situ. Pero, como se puede imaginar, es costoso y caro. Así que la mayoría de veces, se tira de ojímetro. El método científico siempre se ha caracterizado por no exigir resultados a corto plazo, al requerir profesionalidad y contrastación de resultados. Probablemente esas sean las causas que promueven el ojímetro.

A eso de las 21h, pidieron que nos sentáramos en el suelo para hacer una asamblea. Asamblea imposible porque, si permitís que utilice mi ojímetro como hacen muchos medios, debíamos ser más de mil personas. Pero dos pies no ocupan lo mismo que un culo. Así que, el espacio que llenábamos, ahora  que estábamos todos sentados, debía ser mayor. Una imagen desde el aire nos hubiera mostrado como una gota cayendo en papel, que mancha y ensancha su rastro. Y esta vez pensé en que tal vez éramos átomos de una misma molécula de agua, que manteníamos enlaces entre nuestros electrones y eso nos permitía tener capilaridad para colarnos en callejones, aunque fuera contra la gravedad.  

Manifestantes sentados. Agencia EFE
 La manifestación seguía pero tras la asamblea inicial imposible (porque efectivamente, éramos más de mil personas), muchos decidimos irnos.Caminábamos entre la muchedumbre de forma muy lenta, pidiendo perdón constantemente. Lo curioso vino cuando por fin nos dieron espacio para andar: empezamos a correr, como si el haber ido lento nos hubiera saturado. No es eso, me dije. Es el Efecto Venturi por el que un fluido en movimiento disminuye su presión al aumentar la velocidad después de pasar por una zona de sección menor. Es decir, que tras atravesar nuestra zona de agobio, empezamos a correr porque disminuyó la presión de personas sobre nosotros. Entonces pensé que cuando estamos todos juntos, nos comportamos como un fluido y como tal, respondemos a los mismos principios físicos que éstos.


Ya en el metro, la gente se quejaba. “Aquí no hay red. No podré tuitear”. Más allá de que se haya construido un verbo que signifique dar tu opinión en 140 caracteres, lo que me sorprendió fue la presencia de la tecnología en todos los lados. Leí un tuit que decía “No entiendo cómo se pudieron organizar los de la Revolución Francesa sin Twitter”. Es una muestra más de cómo estamos impregnados de ciencia y tecnología. Por eso me río cuando veo en la televisión gente conspirando sobre quién andará detrás de todo esto.

Detrás de todo esto están los átomos y las células que actúan como fluidos, orquestados por la tecnología. Detrás de todo esto está la ciencia. La ciencia es quien nos gobierna.



# Ánimo a todos los que se han quedado en la plaza por nosotros. Por una Democracia Real Ya.

1 comentarios:

Unknown dijo...

Muy buen post! Y despues me entero de que es vuestro! enhorabuena! :)