Hijos de la nada

Sexos masculinos del mundo: les queda un telediario. No es una broma; en muy poco tiempo podrán dejar de desarrollar sus funciones de engendradores. Sucedió en Japón, y no hablo del terremoto. Hablo de esperma, pero no del japonés. Hablo del esperma de las ratas. Verán, resulta que unos investigadores de la Universidad de la Ciudad de Yokohama, han conseguido producir espermatozoides de rata fuera de los testículos, en tubos de ensayo. Y no sólo eso, que también han sido capaces de obtener descendencia con ellos. Unas ratitas probeta. En mi opinión, la primera vez que se utiliza “probeta” con algo de significado, y no como los pobres bebés, hijos del in vitro, a los que se les ha llamado “niños probeta”, a pesar de tener una denominación de origen de testículo y ovario.
Estas nuevas ratitas sí que son más probetas que los in vitro. Son denominación de origen de probeta y ovario, y es que al menos los ovarios siguen necesitándose. Las mujeres todavía pintaremos algo en este asunto de la reproducción. Se han generado espermatozoides, pero continúan necesitando a una mamá que aporte, ya no tanto sus óvulos – esos ya hace tiempo que los cogemos de quién sea – sino su vientre. Pero tiempo al tiempo.

Parezco muy catastrofista. No lo soy. Tengo plena confianza en la ciencia. Creo que los estudios científicos que se desarrollan se hacen, en su mayoría, por alguna razón. Este estudio, por ejemplo, es importante en lo referente a la infertilidad masculina. Podría llegar a ser muy útil en preadolescentes que debieran ser sometidos a radioterapias o quimioterapias y, por lo tanto, quedasen estériles. En mi opinión además, es muy interesante el hecho de que se haya demostrado un completo entendimiento del proceso de producción y maduración de los espermatozoides (espermatogénesis), que es uno de los más complejos y lentos que hay en cuanto a diferenciación y proliferación de las células. Y no solo que se haya entendido, también se ha reproducido e imitado de manera artificial. El estudio puede abrir puertas a la comprensión de otros procesos de diferenciación celular que serían interesantes, como el de las células de la retina o los glóbulos blancos.

Por eso, que no soy catastrofista. Tampoco soy moralista y pienso en “lo natural”, en cómo estamos haciendo que la reproducción de la vida se consiga, al margen de la naturaleza o de la orientación sexual de las personas, en cómo parejas tendrán hijos en contra de “lo normal”. Nada de eso. Es evidente que yo, si puedo, preferiré los métodos tradicionales para tener hijos. Pero porque es más divertido, no por moralidad.

A mí miren, la verdad, que podamos prescindir del hombre tampoco me sorprendió mucho. No como a mi padre, un feminista declarado, al que le gusta mucho leer los artículos de ciencia que con periodicidad le mando por e-mail. Cuando le mandé éste último, con la esperanza de que me diera alguna idea para escribir, recibí un correo de vuelta en el que ponía: Ni pa' eso valdremos. A mí no es que no me sorprendiera, pero hace ya más de un año (en abril del 2010), Punset dijo que el cromosoma Y ya no es lo que era y que habían estudios que proponían que en el futuro el hombre podría desaparecer.Así que empezaba a estar preparada.
Lo que me asustó de verdad fue una idea que cruzó mi mente, de repente: que al final prescindamos de todo
Pensé en la novela “Un mundo feliz”, de Aldous Huxley. Me pregunté si existiría algún día la mujer sin descendencia, que tomará soma cuando le parezca que todo se va al garete. En las parejas que copulan pero toman anticonceptivos y no forman familias. Y es que no hablo de distintos modelos de familias,;hablo de que no las haya. ¿Nos convertiremos en una sociedad perfecta a base de perder la familia, la literatura, el arte y todo lo que nos pueda llegar a emocionar? ¿Seremos mañana unos hijos de la nada, autómatas, hipnotizados y utópicamente felices a base de soma y un trabajo que nos ha sido asignado por nuestra naturaleza?  Pues espero que no. Y lo digo de corazón que todavía no se ha conseguido sintetizar en un tubo de ensayo y por lo tanto, aún nos pertenece.

1 comentarios:

Jesús dijo...

Sin ofender, pero ni caso a Punset o a lo de que el hombre podría desaparecer. Magufadas, simple y sencillamente, como casi todo lo que este hombre dice. No hay nada que lo apoye, y menos con la falta de selección que sufrimos (casi toda la evolución humana, a día de hoy, se debe a deriva, lo que evita hacer predicciones)

Ahora, a lo mejor sí te interesa saber que hace unos años que se hizo, en ratones, fecundación directaente con DNA procedente de un óvulo en otro óvulo ;)